Espero que estén disfrutando de las vacaciones...
Para comenzar el año "clásicamente", me atrevo a dejarles aquí tres microcuentos inspirados en el mito, la tragedia y la épica griega. Pertenecen a mi libro Relatos de bolsillo. Ojalá les gusten...
Cordialmente,
Patricia Calvelo
Divinas metamorfosis
El divino seductor toma la forma de toro, de cisne, de lluvia de oro, de sátiro, de águila, de cuanto ser animado e inanimado exista para poseer a las bellas mortales y a las soberbias ninfas. Se ve obligado a emplear estas artes por su esposa Hera, que es monstruosamente celosa y lo vigila por donde quiera que vaya. Él, con todo, siempre logra burlarla para holgar deliciosamente con cada nueva mujer. Y luego, reunido con los olímpicos, se jacta de sus conquistas amorosas.
Hace un momento se ha transformado en un bellísimo e inmaculado cisne para gozar a Leda. Después de la apasionada unión, el dios descansa satisfecho sobre la hierba. Mientras tanto, la joven se incorpora, se viste y se marcha, y con cada paso va recuperando la forma de la diosa entre las diosas, que es celosa, pero no tonta y también sabe sacarle provecho al arte de la metamorfosis.
El divino seductor toma la forma de toro, de cisne, de lluvia de oro, de sátiro, de águila, de cuanto ser animado e inanimado exista para poseer a las bellas mortales y a las soberbias ninfas. Se ve obligado a emplear estas artes por su esposa Hera, que es monstruosamente celosa y lo vigila por donde quiera que vaya. Él, con todo, siempre logra burlarla para holgar deliciosamente con cada nueva mujer. Y luego, reunido con los olímpicos, se jacta de sus conquistas amorosas.
Hace un momento se ha transformado en un bellísimo e inmaculado cisne para gozar a Leda. Después de la apasionada unión, el dios descansa satisfecho sobre la hierba. Mientras tanto, la joven se incorpora, se viste y se marcha, y con cada paso va recuperando la forma de la diosa entre las diosas, que es celosa, pero no tonta y también sabe sacarle provecho al arte de la metamorfosis.
La terrible Medea
A veces no se siente mujer, Medea: se siente un monstruo, una abominación, un engendro del Hades. Qué no ha hecho por amor de Jasón: mentir, traicionar, matar: todo. Más aún: le ha dado hijos, dos bellos y amorosos hijos. Él nunca supo amarla. Sin embargo, por su hombre ella volvería a hacerlo todo... No todo: esto que debe hacer ahora, no. No quiere: por favor, no, le pide al poeta que está urdiendo la trágica escena. Por favor, no, implora la terrible Medea bañada en llanto. Pero de la pluma de Eurípides ya han salido las fatales palabras, y como un títere desgarrado y sin fuerzas, va Medea a cumplir su triste destino de infanticida.
Penélope, reina de Ítaca
Esta noche, mientras todos duermen, besa a su hijo en la frente, cubre a los impostores con sábanas de sangre y sale en busca del que no puede regresar.
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